Barack Obama ha dado hoy el primer paso para restablecer las relaciones bilaterales con Cuba, tras más de cinco décadas de bloqueo sobre la isla por parte de los estadounidenses. "Hay una historia complicada entre EE.UU. y Cuba", ha señalado Obama, quien ha apuntado que si las relaciones con China, también comunista, se habían retomado décadas atrás, así como con Vietnam, era tiempo también para hacerlo con Cuba. "No podemos continuar haciendo lo mismo que durante 50 años y esperar un resultado diferente". "El aislamiento a Cuba no ha funcionado", ha sentenciado.
Quizá haya alguno más a quien agradecérselo. El presidente cubano, Raúl Castro, ha dejado entrever la influencia de la política vaticana del papa Francisco. Y es que esta acción tiene mucho más de política vaticana que de diplomacia. Eso si, ha advertido que la apertura de negociaciones no supone que "lo principal, el bloqueo económico, se haya resuelto". En un tono solemne, desde su propio despacho, Castro ha mostrado una actitud dialogante, aunque no ha desaprovechado la ocasión para recordar las diferencias que aún perviven entre ambos territorios. "Reafirmamos la voluntad de dialogar sobre las profundas diferencias con Estados Unidos como son la soberanía nacional, la democracia, derechos humanos y política interior".
"Exhorto al gobierno de EE.UU. a remover los obstáculos que impiden y restringen los vínculos entre nuestros pueblos", ha finalizado. Sobre la liberación de los cinco presos cubanos encarcelados en Estados Unidos, el presidente de Cuba ha afirmado que es una decisión "que merece el respeto y reconocimiento de todo el pueblo cubano". Y han seguido los agradecimientos: "Quiero agradecer el apoyo del Vaticano y especialmente del papa Francisco para la mejora de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Igualmente al Gobierno de Canadá por las facilidades para la realización de las negociaciones al más alto nivel".
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