
El pensador transmitirá sus impulsos nerviosos de una neurona a otra, éstos se multiplicarán en brazos de cinco a cinco sin ningún límite establecido. De momento el cuerpo sigue en reposo, pero el movimiento está a punto de emprenderse. Es elección del individuo ir a un lado o al otro, siempre según su libre voluntad, siempre tras un tiempo de concentración, tras medir sus fuerzas y ver si puede seguir en su camino, si sus tiempos están bien marcados, si tendrá provisiones suficientes, si el bastón con el que irá servirá más para protegerle o para apoyarle...