LOS TIEMPOS Y LAS LLUVIAS NOS ARRASTRAN

Dentro de nada, nada nos guardará de la tormenta aunque quizá una leve esperanza pueda ser reparadora. Los rigores e imposiciones no harán más que condenarnos a tiempos por los que estamos arrastrados y un riego constante que no nos hará parar. Me siento bien cuando llueve, estoy protegido, los muros parecen firmes o quizá sólo sea esa la apariencia. El ruido de la lluvia limpia los cielos grises y borra los humos negros del CO2. Es tiempo de lluvia, es tiempo de uva, de tomates, de lechugas, de setas.

¿EN QUÉ ESTRELLA ESTARÁ?

Cuando los niños son pequeños y les intentamos explicar que el tío Ramón no aparecerá nunca más por casa, normalmente les decimos que el tío Ramón se ha convertido en una estrella, que si miran al cielo por las noches, igual una de esas estrellas es el tío Ramón. Así los adultos nos las damos de gente madura, que intenta hablar con delicadeza a nuestros hijos, y disfrazarles una realidad como si fuera un mito, un cuento, una leyenda.

La prima de uno de esos niños (todavía me río cuando lo recuerdo) me dijo que el tío Ramón había muerto, pero que no se lo dijera a sus primos pequeños porque no era bueno. Después de prometérselo, me quedé pensando sobre la falta de naturalidad con la que los seres humanos tratamos a la muerte. La estrella en el cielo era un buen recurso para los romanos y ahora lo sigue siendo. La estrella en el cielo supongo que ha sido un buen cuento con el que los niños de todas las épocas se iban a la cama. Allí, en las estrellas de la noche, allí se encuentra el tío Ramón.

Y es que la muerte es algo que nos viene a todos por igual, tengamos lo que tengamos. Hace 500 años, el poeta Jorge Manrique, que todos hemos estudiado, ya se encargó de recordárnoslo, con el paso inexorable del tiempo, con las vanidades absurdas, y con la vida como "los ríos, que van a dar en la mar, que es el morir". Es otra estrella en el cielo, sin duda.

JUNTAR LO DISPERSO ENTRE LA SIMETRÍA

La vida sólo nos ofrece un equilibrio total cuando juntamos todo en lo disperso, como los dos cuerpos que hay aquí delante. En este nuevo curso no puedo tener otro tipo de aspiración. Espero seguir en el camino, con todo bien junto, siempre empezando desde lo disperso, venciendo las barreras de la tristeza y derrocando el muro del rechazo.