domingo, 26 de enero de 2014

LOS MAESTROS TAMBIÉN SOMOS APRENDICES

Nosotros los masones, tenemos tres grados para ir progresando, el del Aprendiz, el de Compañero y el de Maestro. Los masones, entre nosotros, nos visitamos entre las logias amigas y también entre las que queremos conocer. Eso nos pasa por afinidad con algunos hermanos o para progresar. Es el caso de uno de los templos a los que fuí recientemente. Al tomar la palabra, en uno de los puntos del orden del día, al margen de dar los saludos de rigor que se me hacían algo repetitivos, me referí a las graves dificultades que está viviendo la mujer en la sociedad actual y en los retrocesos que puede experimentar tras décadas de lucha.

Pues bien, cuando nos fuimos a cenar una de las mujeres maestras, tan maestra como yo, me espetó discretamente que ese punto del orden del día no era la vía adecuada para manifestar eso. Por lo tanto, yo, como maestro una vez más fuí aprendiz porque fuí corregido. Y me gusta. Porque en masonería, como en la vida, siempre hay imperfecciones que debes rectificar. De hecho, el lema clave del Aprendiz habla de "rectificar"... y así lo haré.

MASONERÍA Y MUJER

Se suele decir que la masonería no admite a la mujer. Depende. La Gran Logia de España (G.•.L.•.E.•.) reconoce en su web que hay tres requisitos para “toda persona que esté interesada en pertenecer a la francmasonería”: ser una persona “libre”, “de buenas costumbres”, “creer en un principio superior o causa primera de todo lo creado”. En su web hacen el siguiente añadido “Además, para ser miembro es preciso ser varón, mayor de 21 años” al margen de otras restricciones.

La web de la Gran Logia Simbólica Española (G.•.L.•.S.•.E.•.) ofrece desde su página de inicio la frase “masonería mixta adogmática libertal”. Es decir, que la mujer está incluida. Además, ya en la página de inicio se ve la fotografía de su Serenísima Gran Maestra, es decir, una mujer. En su apartado “ser masón”, explican sólo los pasos a seguir para el ingreso, sin hacer distinciones. Y dentro del apartado “historia” hay un texto sobre la mujer en la masonería.

El Gran Oriente de Francia (G.•.O.•.D.•.F.•.) permite que las logias decidan autónomamente si quieren o no iniciar a mujeres. Hay algunas que sí y hay otras que no. Las mujeres que vivan en el área de Estepona están de suerte porque ya las hay en la R.•.L.•. Heracles. Y no puedo dejar de mencionar a la Gran Logia Femenina de España (G.•.L.•.F.•.E.•.), cuya web está muy bien cuidada. Depende de las preferencias de cada cual.

Desde mi punto de vista, la divisa de la masonería es Libertad, Igualdad y Fraternidad, y si cualquier masón que se precie defiende la Igualdad es absurdo que no defienda la presencia de la mujer en una Logia. Cuando un candidato o candidata se presenta se solicita sólo que sea una persona “libre y de buenas costumbres”. En el siglo XVIII, en plena creación de la masonería no se podían afiliar ni mujeres ni esclavos, porque no eran "libres", pero ahora sí lo son... al menos en sobre el papel. Tomemos el ejemplo de Concepción Arenal (en la foto),  Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal, Rosario de Acuña, Ángeles López de Ayala o más recientemente de Rosa Tur, Nieves Bayo, Ascensión Terjerina o Carmen Calero. Un poco de sentido común, por favor.

viernes, 17 de enero de 2014

NOS CREEMOS GIGANTES PERO SOMOS ÁTOMOS

Cojamos esa razón científica que nos desnuda, nos retrata y que nos descubre nuestras debilidades, inseguridades y miedos. Por grandes que nos creamos, somos un elemento diminuto dentro de la gran máquina cósmica que nos maneja a su antojo, participamos de una evolución constante de la especie, donde hace millones de años no éramos más que reptiles y donde tenemos una fecha de caducidad muy limitada. El miedo es el origen de las divinidades, de los mitos y las leyendas, de los terrores que tenemos desde pequeños. El miedo es limpio con la muerte cercana, no es negativo, sino humano. Nos hace iguales a los demás y entendemos el símbolo del Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola. De la muerte nace la vida. ¿Si lo que queda de nosotros lo lanzan en tierra fértil podría nacer algo? ¿Si donamos nuestros órganos vivimos en otra persona? Entonces, ¿para qué el miedo?

martes, 7 de enero de 2014

EL SECRETO MASÓNICO Y LA NECESIDAD DEL SILENCIO

Cuando me inicié como masón, mi euforia era tal que cometí el error de colgarlo en mi blog profano y contárselo a todo el mundo, amigos o no. Era una borrachera parecida al enamoramiento loco. Eso supuso que mis compañeros de trabajo se rieran de mí y algunos Maestros no sólo de mi logia sino de otras logias vieran seriamente en peligro su intimidad masónica. Y es que si uno quiere proclamar a cuatro vientos que es masón comete el error de poder poner a la luz pública a otros Hermanos con situaciones personales más delicadas. Así que rectifiqué, pedí disculpas, no hablé más de masonería con nadie que no fuera de mi entorno más íntimo y borré todo lo que había en mi blog profano sobre mi entusiasmo tras una Iniciación siempre inolvidable. Era Aprendiz y aprendí.

Pero voy a extender el tema un poco más, al margen de mi experiencia personal. ¿Por qué el secreto masónico? Partamos de una base. En una sociedad tan intercomunicada como la de hoy es muy difícil guardar un secreto y más éste, ya que de cara al resto de la gente la masonería despierta mucho morbo. Un masón promete o jura en logia guardar el secreto. Hay cuatro vertientes. La primera, la identidad de otros Hermanos porque se entiende que cada cual puede gestionar su afiliación como quiera. La segunda, el funcionamiento interno del ritual y los trabajos, ya que igual pasa con lo que se dice en un Consejo de Ministros o en el Consejo de Administración de una empresa.

La tercera, lo que siento cuando me inician, porque es algo casi imposible de explicar por parte del Aprendiz y por lo tanto incomprensible por parte del que no haya vivido la gran experiencia de la iniciación. La cuarta, los diferentes grados masónicos, Aprendiz, Compañero y Maestro, que no se revelan a nivel interno hasta que el Hermano no madura suficientemente, porque es como si pretendes enseñar ecuaciones a un niño de 7 años. Eso es el secreto masónico. ¿Lo entiendes ahora? Y una apostilla, cuidado con las redes sociales, que hacen mucho daño y mezclan vida privada, vida pública y vida masónica.