lunes, 27 de octubre de 2014

60 METROS DE MAR

Los que saben del tiempo han detectado hace muy poco olas de 60 metros en el norte de España. Es como si, por ejemplo, hubiera un gran brazo de mar sobre el puerto de Barcelona que alcanzara por ejemplo todo el monumento a Colón. La vida nos ofrece oportunidades ante nuestros ojos que siempre deben ser tomadas con respeto, ya que estamos hablando de un mar siempre traicionero, pero que te llama para que te asomes, para salpicarte, como si fuera una dama provocativa que sólo quiere jugar contigo, aunque ese juego se pueda convertir en una auténtica perversidad sin sentido ni salvación en esa mar que no perdona y que no tiene sentimientos ni arte ni parte en tu vida. Es ese viaje, es ese punto de no retorno de cuando pretende engullirte y atraparte en sus fauces.

viernes, 24 de octubre de 2014

LA BÚSQUEDA DE LA RECONSTRUCCIÓN

El deseo de encontrar un interior más lógico y coherente no siempre coincide con nuestras reales aspiraciones. Las barreras a veces impiden dos pasos en vez de uno, la mano te aprieta y te echa hacia atrás, tu ámbito de libertad se queda en un cilindro y a veces en un anuncio te venden que en una calle de la India se va con el coche la mar de bien. Esos anuncios de coches donde te venden falsos proyectos de libertad, esas mentiras de político donde nos aparecen líderes desconocidos similares a Ken, el novio de Barbie, esos jovencitos que se disfrazan vendiéndote la luna y que que te ofrecen una falsa libertad en un paquetito como si hoy fuera Navidad. Esos pedazos de mar, esos trozos de ficción, ese viento que no sopla, ese amor que no llega porque nadie está dispuesto a ofrecer nada... Me quedo con la necesidad, me quedo con la autogestión, me quedo con los compañeros y las compañeras, me quedo con la vida. Y con mi lucha. Nadie lo hará por mí.

domingo, 5 de octubre de 2014

EL AVE DE LAS 9

El AVE salió a las 9 de la Estación de Sants. Mi amiga había muerto. La última vez que la vi hace bastantes años llevaba un gorrito y debajo su pelo era prácticamente algodón. Lo que desconozco es cuándo la hidra le había arrancado la vida. ¿Por qué? Simplemente por qué. Por la mañana estuve en un cementerio de esos que dejan ver nuestra ignorancia y falta de actitud ante la muerte. Luego le rendí mi pequeño homenaje ante el busto de su abuelo, que está en un gran parque urbano. "El trabajo siempre ha sido un gran amigo mío", figuraba allí, en aquel busto. Tras la comida, cogí el tren y volví. ¿Qué iba a hacer por la tarde allí? Tan sólo pensar en aquel monstruo mitológico de mil cabezas que devora a las personas que menos lo merecen. La hidra me la quitó.