miércoles, 25 de junio de 2014

ANTONIO MACHADO, EL LIBRE PENSADOR

"Un hombre en el mejor sentido de la palabra bueno", "Caminante no hay camino", "A un olmo seco", "Españolito ", "La saeta", "Cantares", "Guitarra del mesón" y "He andado muchos caminos" son poemas del Hermano Antonio Machado a los que puso música Juan Manuel Serrat, alimentando la banda sonora y la educación democrática de toda una generación, en la España de los 70.

Él fue el hombre que pensaba el sentimiento y sentía el pensamiento y que decía, desde su formación masónica: "Hay dos modos de conciencia: una es luz, y otra paciencia. Una estriba en alumbrar un poquito al hondo mar; otra en hacer penitencia con caña o red, y esperar".

Y es que el autor de "Campos de Castilla" fue por encima de todo un espíritu libre, un verso suelto, un librepensador forjado en los valores de la Institución Libre de Enseñanza. El alter ego de Machado, el maestro masón Juan de Mairena, dijo que "el poeta es un pescador, no de peces, sino de pescados vivos; entendámonos: de peces que puedan vivir después de pescados". Nunca volvió de su exilio y tan sólo le tenemos enterrado en Collioure

Bien, una salvedad, ahora un grupo de masones sevillanos nos han traído a Andalucía un trocito de Machado, de la mano del Gran Oriente de Francia (G.·.O.·.D.·.F.·.), con una sonrisa y con un espíritu claro, limpio y de aquellos versos que se le encontraron en sus bolsillos en su último poema: "Estos días azules, este sol de la infancia".

sábado, 14 de junio de 2014

EL MIEDO Y SUS INTERPRETACIONES

Cuando era niño había anuncios en la televisión que me daban mucho miedo, que jugaban con caminos oscuros que parecían no concluir jamás o caer en precipicios desconocidos. Veía como empezaba el anuncio y enseguida apagaba la tele porque no quería ver el final. Desde pequeños, siempre hemos tenido terrores nocturnos. Incluso hemos soñado desde nuestros primeros días de vida con sensaciones, colores y formas especiales. La diferencia entre el sueño de un bebé es que mientras es pequeño no habla, y más adelante sí. Esos terrores, nos resultarían incomprensibles pero entonces tenían la misma verdad que nuestros sueños actuales.

Mucha de la filmografía que hay ahora apela a esos terrores nocturnos, a las historias fantásticas y a la oscuridad que uno encontraba al torcer el pasillo a izquierda o derecha, donde podías encontrarte con personajes creados expresamente para remover a los monstruos que te asustaban hace años en aquellas pesadillas que hoy, incluso, recuerdo vivamente por momentos difíciles que pasaba. En mi caso por ejemplo soñaba con dragones que iban a por mí y que eran "eliminados" al abrir los ojos de una forma consciente. Y otra pesadilla que recuerdo era la de un inexorable péndulo de Foucault que estrangulaba a un ser fantasmagórico conforme daba vueltas. Esa especie de trozo de carne que agonizaba gota a gota me dijo: "¿Acaso no conoces al estrangulador de Greenwich?".

sábado, 7 de junio de 2014

EL LAUBURU VASCO Y SU AUTÉNTICO VALOR

No, no es un símbolo nazi y la gente puede confundirlo. El lauburu (en euskera "cuatro cabezas") es el nombre que recibe la cruz esvástica de brazos curvilíneos. No voy a negar que este símbolo se encuentra también muy frecuentemente entre las representaciones artísticas de otros pueblos europeos, como celtas y germanos, y también en dibujos y tallas visigóticas. Al mismo tiempo, los lauburus son marca de cantera en hórreos asturianos y gallegos, como por ejemplo en Grullos, Quirós y Piornedo.

Se les llama en este caso simplemente "tetrasqueles". También han sido utilizadas esvásticas curvílineas de cuatro o más brazos en Aragón, donde se conocen como cuatrefuellas o "religadas", cuyo nombre no tiene que ver con el número de brazos. Es actualmente uno de los símbolos más representativos y reconocibles del pueblo vasco, si bien tradicionalmente nunca ha sido usado, por ejemplo, en escudos o banderas de ningún territorio perteneciente a la región cultural vasca, que consta de las siete provincias de Euskal Herria. Es decir, Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y Nafarroa Garaia, y también las tres provincias francesas, Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea.

Pero hay una leyenda que da color al símbolo: recordemos los cuatro elementos sobre los que siempre han trabajado los primeros filósofos, que decían que el mundo venía del fuego, del aire, del agua y de la tierra. Algo así como cuatro brazos curvilíneos que asemejan el mundo. El lauburu. "Lau" de cuatro, "buru" de cabezas. Lauburu: cuatro cabezas. En euskera.

domingo, 1 de junio de 2014

EMOCIÓN, VIDA Y MUERTE

Necesitamos emocionarnos. Sentir una caricia, que se nos quiera y que tenemos el suficiente sentido de la empatía para dar esa misma caricia desde nuestra personalidad. Necesitamos vida y levantarnos todos los días como si fuera el último. La vida es algo demasiado grande, demasiado efímero y demasiado bonito como para despreciarla por un día. No aprovecharla es casi un crimen.

Afamados escritores como Henri Roorda no estarían muy de acuerdo conmigo, ya que al no verle más sentido a la vida que el sentido en el que estamos, decidieron volarse la tapa de los sesos. Incluso amistades nórdicas que he tenido me pidieron un respeto a la práctica del suicidio. “Si no le ves sentido a la vida, no sigas con ella y punto”, me decía una de las mejores personas con las que he tratado en mi camino vital. Es más, ha encontrado a una persona que le ha dado una nueva trayectoria y un hijo, y ha podido regresar a su país. Hoy su vida es feliz y tranquila, sin excesivos tropiezos, con la tranquilidad de contactarla de vez en cuando y verla con pocos problemas.

Luego pensé que lo de mi amiga era una diferencia cultural, porque yo al suicida por aquella época le consideraba ante todo un cobarde que no quería afrontar las circunstancias. Luego mientras ejercía el periodismo me dí cuenta de que el suicidio era un tema tabú. Puedes decir que alguien ha muerto por una leucemia, por ejemplo, pero nunca puedes decir que esa persona se suicidó, ya que es posible que generes un efecto dominó. Aún así, yo me quedo con la emoción, con la piel de gallina. Yo me quedo con la vida. Por favor.