martes, 12 de noviembre de 2013

INSULTOS Y ADJETIVOS, DISCUSIÓN Y DIÁLOGO

¿Qué es más grave? ¿Llamar gánster a un banquero o calificar a un político de macarra? ¿Desearle el infierno a un ex ministro o decir que un parlamentario “hace el gilipollas”? Es muy difícil que estos términos se empleen en nuestras tenidas. Tal es la seriedad y el rigor del rito masónico. Con ello no quiero decir que los periodistas o personas públicas que manejan esos insultos hagan mal su trabajo ante un micrófono o en sede parlamentaria, pero sí les vendría muy bien visitarnos en una tenida blanca cerrada o abierta, da igual, para que tomaran nota y se dieran cuenta de lo que están haciendo.

Creo que no es la primera vez que lo digo aquí, pero en nuestros debates “a cubierto” no podemos hablar de siglas pero sí de lo que se hace en el nombre de esas siglas. Tampoco podemos nombrar a los Hermanos o Hermanas que comparten asiento con nosotros, pero sí podemos hablar de sus actitudes. En cualquier caso no quiero plantear aquí lo que debe ser calificado como “insulto” o “adjetivo”, pero el pulimento de nuestra piedra para llegue a ser cúbica hace que midamos nuestras palabras de manera adecuada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario