domingo, 8 de septiembre de 2013

LA RAZÓN ENSEÑA A NUESTRO BASTÓN

Los masones sabemos que necesitamos mejorar la sociedad, siempre empezando por la ayuda hacia uno mismo. Para ello, recorremos un camino que es el que nos marcamos nosotros, sin que nos lo haga nadie, sólo con el método del contraste y de la confrontación del damero, del blanco y el negro, con el diálogo en nuestros talleres, con el método masónico que no nos deja interrumpirnos cuando hablamos. Porque entre el blanco y el negro que señala mi nombre simbólico, Yin-Yang, hay muchos matices de gris.

Y el bastón en el que nos vamos a apoyar o defender si es necesario durante ese camino solamente se manejará desde el libre pensamiento, pero con las claves que da la razón. Razonar es dar tiempo a que las pasiones o fanatismos no se impongan, para vencerlas con el discernimiento y la paciencia, para cincelar nuestra piedra bruta. Manejamos nuestro bastón, el que nos conduce por la senda “que nunca se ha de volver a pisar” porque para el caminante “no hay camino sino estelas en la mar”. Fue el Hermano Antonio Machado el que nos lo enseñó. Hoy como ayer transmitimos sus enseñanzas y, mejor o peor, intentamos imitarlas.

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