martes, 3 de septiembre de 2013

MASONERÍA Y SECTAS DESPERSONALIZADORAS

La masonería te pone a prueba porque te muestras tal como eres. No cambia tu personalidad porque no es una secta. En las organizaciones tipo Hare Krisna o Testigos de Jehová te hacen que cortes con tu familia, tus amigos y tu entorno en general para luego programarte a su antojo. Ahí se te da un mundo prefabricado y supuestamente ideal para ti en lugar de mirar a la realidad cara a cara. La masonería no es secta porque eres tú el que debe pensar, el que debe buscar las respuestas. Al contrario que en el Opus Dei o en la Iglesia de la Cienciología, en las logias es muy difícil entrar y muy fácil salir. Nadie te dirá nada si te vas. Nadie te convencerá para que te quedes. Incluso para que entres. Lo único que se te pide desde tu ingreso es que seas libre y cívico.

Entre los que se han ido he conocido todo tipo de casos. Algunos eran inconstantes, otros simplemente no podían pagar la cuota porque se habían quedado en paro, algunos pensaban que de aquí sacarían secretos mágicos y grandes influencias, otros no se ubicaban y decidían pasar el fin de semana con la familia, lo cual es absolutamente respetable. Los que quieran gloria, tener grados filosóficos de maestro y deseen notoriedad ya se pueden ir porque nadie o casi nadie les echará de menos.

Pero los que quieran un mayor conocimiento desde ellos mismos e interactuando con los demás siempre serán bienvenidos. Las puertas permanecen abiertas a visitas de otros masones de otras ciudades e incluso de otros países porque aportan y enriquecen. La masonería es sumar entre lo disperso y no personalizar conflictos. Este es un lugar para trabajar, dialogar sin interrumpir y reflexionar. Sin decir lo que debes ser y con el libre pensamiento por bandera. Para la masonería la democracia es lo primero. Por eso no es ninguna secta. Porque aquí no se ata a nadie.

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