"Aire, sentí por un momento que era aire. Oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definida". Poco a poco llegamos a él y él se envuelve en nosotros. Es ese aire, es ese vapor, es ese elemento que Saint Martin nombró como "símbolo sensible de la vida invisible, un móvil universal y purificador". Cornelio Agrippa decía que era "un espíritu vital, proporciona a todos la vida y la existencia, en unificador, motor de todo". Elemento del Aprendiz en su iniciación es el resultado de la sutileza entre Calor y Humedad. Sus brazos son poderosos, no se los salta nadie, nos arrastra quizá por furia o quizá por un sentido extremado de posesión, o quizá porque no nos quiere soltar de su nube. Su frase cuando nos iniciamos es "¡Que sea purificado por el aire!". Es ese lugar inexcusable de nuestros cielos y nuestras geografías.
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