martes, 7 de enero de 2014

EL SECRETO MASÓNICO Y LA NECESIDAD DEL SILENCIO

Cuando me inicié como masón, mi euforia era tal que cometí el error de colgarlo en mi blog profano y contárselo a todo el mundo, amigos o no. Era una borrachera parecida al enamoramiento loco. Eso supuso que mis compañeros de trabajo se rieran de mí y algunos Maestros no sólo de mi logia sino de otras logias vieran seriamente en peligro su intimidad masónica. Y es que si uno quiere proclamar a cuatro vientos que es masón comete el error de poder poner a la luz pública a otros Hermanos con situaciones personales más delicadas. Así que rectifiqué, pedí disculpas, no hablé más de masonería con nadie que no fuera de mi entorno más íntimo y borré todo lo que había en mi blog profano sobre mi entusiasmo tras una Iniciación siempre inolvidable. Era Aprendiz y aprendí.

Pero voy a extender el tema un poco más, al margen de mi experiencia personal. ¿Por qué el secreto masónico? Partamos de una base. En una sociedad tan intercomunicada como la de hoy es muy difícil guardar un secreto y más éste, ya que de cara al resto de la gente la masonería despierta mucho morbo. Un masón promete o jura en logia guardar el secreto. Hay cuatro vertientes. La primera, la identidad de otros Hermanos porque se entiende que cada cual puede gestionar su afiliación como quiera. La segunda, el funcionamiento interno del ritual y los trabajos, ya que igual pasa con lo que se dice en un Consejo de Ministros o en el Consejo de Administración de una empresa.

La tercera, lo que siento cuando me inician, porque es algo casi imposible de explicar por parte del Aprendiz y por lo tanto incomprensible por parte del que no haya vivido la gran experiencia de la iniciación. La cuarta, los diferentes grados masónicos, Aprendiz, Compañero y Maestro, que no se revelan a nivel interno hasta que el Hermano no madura suficientemente, porque es como si pretendes enseñar ecuaciones a un niño de 7 años. Eso es el secreto masónico. ¿Lo entiendes ahora? Y una apostilla, cuidado con las redes sociales, que hacen mucho daño y mezclan vida privada, vida pública y vida masónica.

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