MUJERES CON SEUDÓNIMO DE HOMBRE

Hace nada publiqué un texto para ayudar a todas aquellas mujeres que quieren ser masonas. Con motivo del día de la mujer, voy a explicar varias curiosidades. Cada masón, hombre o mujer, tiene un nombre simbólico o seudónimo. Cuando la cosa estaba mucho más cruda para la iniciación femenina, ellas tenían que escribir su nombre con seudónimo. Prejuicios, vergüenza, discriminación, miedo, injusticia, son solo algunas de las palabras que la sociedad impuso a las mujeres por su deseo vital de libertad y de echar a volar desde su intelecto creativo.

Otra curiosidad. Las esposas de la nobleza pudieron participar de las logias de adopción, dependientes de sus homólogas masculinas. Es decir, los maridos trabajan en los talleres para hombres y las mujeres hacen lo propio en logias para mujeres, que son como apendices de las de hombres. En el siglo XVIII, estaban la duquesa Luisa María Adelaida de Borbón, conocida como Mademoiselle de Penthièvre, y la propia Emperatriz Josefina, esposa de Napoleón. Es posible incluso que María Antonieta, esposa de Luis XVI, perteneciera a una logia de adopción.

Las primeras mujeres investidas del mandil masónico que aparecieron en España llegaron con los ejércitos napoleónicos. Se trataba de esposas de oficiales del ejército que acompañaron a sus maridos en la invasión de España. Jose Bonaparte fue Gran Maestre de la masonería y durante su corto período de reinado en nuestro país florecieron las logias especialmente en las grandes ciudades.

Más ejemplos. Clotilde Cerdà, hija del genial urbanista Ildefons Cerdà, planificador del ensanche barcelonés y, asimismo, francmasón, fue iniciada en logia "Lealtad", de Barcelona. Era una virtuosa con el arpa y tocó en actos de solidaridad con masones represaliados. Otra mujer admitida en las logias fue Isabel de Zwonar, recibida en la "Logia Concordia", traductora al italiano del escritor masón y cronista de la ciudad de Barcelona, Víctor Balaguer.

Al margen de los nombres propios, las mujeres se extendieron por España en la época de esplendor de la francmasonería, entre los siglos XIX y XX. La logia "Comuneros de Castilla", en Madrid, llegó a tener hasta 12. En 1892 la logia "Acacia nº 170", de Alcalá la Real tenía 13 mujeres de las que 5 eran menores de 20 años. La logia "El Porvenir" de Linares contaba con 7 mujeres menores de 21 años a las que tomaban bajo su protección y les sufragaban los gastos de educación. Eso es masonería.

Enlace: mujeresmasonas.org